Un artículo de Gómez Perretta que reproducimos por su interés

2-3-2002

Un modelo equivocado

Claudio Gómez-Perretta - Médico investigador en Sanidad

Parece que se pretende que en la investigación sanitaria pública, se establezca un criterio sobre quién y en qué tema se debe de trabajar atendiendo a un baremo actualizado de productividad, evitando quizás sólo sutilmente que cualquiera pueda desarrollar libremente otra linea de investigación pero considerada de mayor interés público. De esta manera, los grupos ya consolidados y dotados de suficientes presupuestos tendrían clara ventaja sobre los demás peor dotados (personal y financiación) históricamente.

Esto no sería malo si no obedeciera, parece ser, un plan muy bien preelaborado (analizar últimos acontecimientos) de evitar que ningún investigador obrara por su cuenta y riesgo en el estudio de procesos morbosos de carácter conflictivo por la contraposición de intereses económicos insoslayables: líneas de alta tensión, eliminación de vertidos, exposición creciente a las radiofrecuencias de la telefonía inalámbrica, transgénicos, priones, etc.).

Además, se primaría la productividad o crecimiento curricular, sin aparentemente tener en cuenta la transcendencia socio-sanitaria de los proyectos, olvidando que la investigación sanitaria debería estar al servicio de los ciudadanos y no éstos al servicio curricular de los científicos a los que pagan su sueldo. Por este error, además de la falta de tradición investigadora de nuestro país hemos, quizá pagado un sobrecoste humano debido a patologías que tal vez en parte por lo expuesto anteriormente nos han pillado por sorpresa: aceite de colza desnaturalizado, SIDA, síndrome Ardystil, síndrome de las vacas locas, transgénicos, exposición a lineas de alta y baja tensión y últimamente radiofrecuencias....

Concluimos finalmente que engrosar el currículum no es en principio algo que cuestionemos pero sí si constituye la única forma de primar y dotar presupuestariamente a aquellas unidades basándonos en el sólo hecho de ser más productivas, en perjuicio de otras lineas menos rentables curricularmente hablando pero más relevantes en aras de una mejor calidad sanitaria o estado de salud de los ciudadanos.

Finalmente, resulta curioso que adoptemos ahora el modelo USA, ya prácticamente denostado y olvidado, basado en observar obsesivamente la producción sin más. Ya se dieron cuenta que hecha la ley, hecha la trampa, al contemplar con horror como muchos científicos (también ocurre en España) incluían a sus amigos en los trabajos a cambio de su reciprocidad. De esta forma, la producción alcanzaba ratios espectaculares pero que por desgracia son sólo ficticios.

FUENTE: Levante-EMV