Las Radiaciones Electromagnéticas pueden alterar la función de receptores cerebrales.
TELEFONIA MÓVIL Y SALUD: |
Claudio Gómez-Perretta
(Jefe de Unidad del Centro de Investigación del Hospital Universitario "La Fe" de Valencia - España)
Los teléfonos celulares (TC) y sus estaciones relais emiten ondas electromagnéticas complejas que pertenecen a las radiaciones no ionizantes. Estas son hiperfrecuencias (o microondas) con un frecuencia de 900 megaHertz (MHz) para el sistema GSM y 1800 MHz para el sistema DCS (Digital Cellular System). Estas hiperfrecuencias están próximas a las generadas por los microndas domésticos que funcionan en 2450 MHz sin que pueda excluirse que en los próximos teléfonos móviles utilizen esta frecuencia. Las potencias emitidas por los teléfonos celulares son inferiores a las de sus estaciones: De 1 a 2 Watios para los portátiles, 7 a 8 Watios para los de coche y de varias decenas de Watios para las estaciones.
En el caso de esta
tecnología se pueden considerar dos tipos de exposiciones: Una exposición de campo
próxima y otra exposición lejana.
La primera caracteriza la exposición a la utilización del TC. En este caso, la radiación electromagnética se emite directamente en contacto con la cabeza. Una gran parte (70 a 80 %) de esta energía generada por el portátil penetra en la cabeza hasta alcanzar una profundidad de varios centímetros suficientes como para alcanzar diversas estructuras nerviosas como las meninges, el nervio óptico, el hipotálamo y que podría llegar a aumentar la
temperatura del cerebro del
orden de un grado. A la vista de los resultados con modelos de cráneos artificiales se ha
podido evidenciar que existe una morfometría individual que modula las diferencias
interepersonales a esta exposición electromagnética destacando una mayor penetración en
los casos de cráneos infantiles con respecto a los de adultos.
EXPOSICIÓN A
DISTANCIA
Es la radiación
electromagnética que sufre la población que vive en el radio de acción de las antenas
de las estaciones de telefonía móvil. En su proximidad alcanzan los valores máximos que
pueden rondar varias centenas de microWatios por centímetro cuadrado ( uW/cmxcm). Estos
valores disminuyen a medida que nos alejamos de la antena y a una distancia de 300 metros
la densidad de potencia no es mayor de 1 uW/cmxcm. Este ultimo valor podría ser
considerado en principio como el valor máximo de exposición crónica para los ribereños
de estas estaciones.
Sin embargo, es difícil de
apreciar el nivel fiable de exposición ya que diversos factores como la orientación de
la antena que origina zonas energéticas más ricas en la región frontal que en las zonas
laterales o posteriores de la misma; la existencia en el entorno de la estación de
materiales metálicos (chasis de ventanas, puertas de garajes...) que actúan como
reemisores pasivos incrementando la intensidad de las radiaciones emitidas y el número de
comunicaciones tratadas por la estación pueden hacer incrementar la densidad de
radiación recibida. De esta forma se producen fluctuaciones importantes a lo largo del
día que cuestiona sobremanera la fiabilidad de las medidas puntuales.
PRINCIPALES EFECTOS
BIOLÓGICOS:
Desde 1966 a partir de
trabajos publicados en países del resto de Europa se describió la existencia de
síntomas particulares entre los trabajadores de bases militares expuestos
crónicamente (varios años) a las hiperfrecuencias. Posteriormente, en 1998, una
publicación americana confirmaba que esta enfermedad de las radiofrecuencias igualmente
denominada síndrome de las microondas era una realidad médica asociada a esta
exposición y cuya tecnología es la base principal de la telefonía celular.
Entre los principales
síntomas de la enfermedad de las radiofrecuencias tenemos un síndrome asténico,
caracetrizado por fatigabilidad, irritabilidad, cefalea, nauseas y anorexia; un síndrome
distónico cardiovascular: modificaciones de la frecuencia cardiaca y de la presión
arterial; - un síndrome diencefálico: somnolencia, insomnio, alteraciones sensoriales
(disminución de la capacidad odorífera) .
Además estan descritas otras
anomalías derivadas de esta exposición como es el riesgo de padecer cataratas,
alteraciones electroencefalográficas y perturbaciones de los estimuladores cardíacos.
También aumento asociado de padecer ciertos cánceres como linfomas asociados a la
exposición crónica de hiperfrecuencias tipo GSM; aumento hasta de 2,4 veces del riesgo
de tumores cerebrales temporales u occipitales entre los usuarios de TM.
Finalmente, en un estudio del
gobierno australiano de 1996 se indicó que a 200 metros de una estación de Telefonía
Móvil, las personas expuestas manifestaban mayoritariamente síntomas como fatiga
crónica, alergias múltiples, alteraciones del sueño, menopausias prematuras... que
recordaba ciertas dolencias asociadas con la enfermedad de las radiofrecuencias.
MECANISMO DE ACCIÓN:
Entre los mecanismos
biológicos que pueden verse afectados por las radiaciones electromagnéticas destaca
entre otros el papel que juega la glándula pineal y su hormona la melatonina que
disminuye su secreción nocturna por la acción de estas radiaciones. Esta disminución de
secreción nocturna favorece la acción nefasta de los radicales libres y la aparición de
tumores probablemente por una menor actividad del gen antitumoral p53.
Además se hipotetiza con que
la disminución de melatonina incrementa la tasa de estrógenos circulantes favoreciendo
la proliferaciones de tumores estrógenodependientes como el cáncer de mama de
células tumorales con receptores para el estrógeno.
La disminución de melatonina
puede producir como mecanismo compensador un descenso de serotonina que se convierte en
melatonina y de esta forma aumentar el riesgo de aparición de síntomas depresivos
asociados a una menor serotonina. Recientemente, se ha especulado que un descenso de
melatonina no compensado por la transformación de serotonina en melatonina podría
incrementar el riesgo de cáncer y de depresión en el caso contrario, es decir cuando
parte de la serotonina compensara el déficit de melatonina.
Además, las radiaciones
electromagnéticas pueden alterar la función de receptores cerebrales que controlan entre
otros el humor en el ser humano y en el animal las capacidades de aprendizaje y de
memorización.
. Claudio Gómez-Perretta (Campos Electro-Magnéticos y Salud: Estado actual) . |
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